Morelia, Mich., a 24 de octubre de 2024.-Al manifestar que el principal problema de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) son las malas administraciones de los rectorados nicolaitas, el secretario general del Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM), Eduardo Tena Flores aseguró que más de 100 millones de pesos se han “perdido” en dichos rectorados.
Lo anterior, señaló, producto del “jineteo” de recursos de la Casa Nicolaita.
Ejemplificó que las nóminas de los trabajadores son una constante “cajas chicas” de los rectorados nicolaitas y es que, apuntó, que el rectorado de Silvia Figueroa Zamudio, fue el último en respetar y cumplir a cabalidad el Contrato Colectivo de Trabajo de los empleados nicolaitas.
Recordó que desde el rectorado de Salvador Jara Guerrero hasta el actual se registran un sin fin de violaciones contractuales que van desde la falta de pagos de Ayuda Sindical, becas, pagos de jubilaciones, pagos de marcha (por fallecimiento de empleado), uniformes, tiempos extraordinarios, seguros de vida, entre otros.
Tena Flores enfatizó que la Universidad Michoacana ha producido varias docenas de nuevos ricos a costa del erario público, sin que, hasta este momento, los gobiernos estatales en turno muevan un dedo para “frenar el saqueo desmesurado que propició el déficit financiero que todos los nicolaitas padecemos”.
Comentó que se habla de otorgar autonomía a la Universidad, cuando este concepto se encuentra consagrado en el Artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; pero además, dicha autonomía se violenta, debido a que cualquier reforma a la Ley Orgánica debe ser consultada con los sectores en quienes se encuentra depositada la autonomía y hasta este momento, no se ha tomado en cuenta a los universitarios para practicar un cambio que afectará los derechos laborales de los trabajadores académicos y administrativos.
“Más allá de cualquier reforma, la Universidad Michoacana requiere que se aplique con rigor la justicia en contra de los abusos patrimoniales cometidos por ex rectores como Medardo Serna y Raúl Cárdenas Navarro, quienes cínicamente aparecen de nuevo en la vida pública después de la situación deplorable en la que dejaron a la institución durante su funesto paso por la rectoría. Nuestra universidad no requiere de reformas involutivas que ajusten la Ley Orgánica, sino auditorias reales que sirvan como instrumento para castigar a la sarta de ladrones que han transitado por la rectoría y que ahora forman la nueva élite de personajes enriquecidos con el dinero público y con la investidura de la impunidad que les permite gozar de su fortuna”, destacó.